viernes, 16 de octubre de 2015

¡Que mala es la crisis!



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Hace 2 años y pico que empecé este blog. He tenido altibajos por “Causas mayores” y lo he dejado algo abandonado durante un buen tiempo, hasta ahora que he vuelto a retomarlo con las mismas, o quizás, más ganas que al principio pero desde que empecé, jamás he pedido dinero a ninguna marca para hablar de sus productos. Siempre he pensado que la imparcialidad se consigue cuando no tienes ninguna “cuenta pendiente” con la marca que fabrica el producto del que hablas.



Siempre he pedido muestras porque obviamente no puedo comprarme todos y cada uno de los productos y perfumes que salen. Me tendrían que tocar un par de Primitivas para eso … y por ahora no es el caso.

Cuando empezó la crisis, noté (supongo que tú también) que era más difícil conseguir muestras, miniaturas de perfume para mi colección y hasta que en las revistas venían cada vez menos sobres de muestras y que las escasas muestras de perfume, el mes que había suerte, venían en un formato de destapar oler y buscarse la vida.

Para mi, oler un perfume en un secante o en un papelito pegado en una revista, no es la forma correcta de probarlo. Yo necesito que el perfume esté en mi piel y ver como se comporta. Si tiene adherencia, si cuando hace calor sube su intensidad o si a los 2 minutos de habértelo puesto tienes que estar pidiéndole a alguien que te meta la nariz hasta pegarla al cuello para que te diga con cara compungida que no huele ni para atrás. Cuando pasa eso lo que hago es no hablar de ese perfume y en el caso de una crema que me ha resultado de mala calidad tampoco.

El otro día fué el cumpleaños de mi pareja, ese santo varón que me aguanta todos los días, así que intenté comprarle un regalo especial. Di mil vueltas por internet, encontré ediciones limitadas de perfumes, alguna desaparecida por motivos ajenos al perfume y así conseguí un montón de opciones hasta que me decanté por uno de sus problemas más horripilantes, su constante lucha con el tema del afeitado. Ví que en Khiel’s había una promoción en la que te regalaban 3 muestras de gran tamaño con la compra por internet y pensé: 2x1, regalo para él y muestras para el blog.

¡Que incauta de mi!. A las tantas de la madrugada 4 días antes de su cumple, fui a hacer el pedido y aquello no funcionaba ni a tiros, así que les contacté por Twitter y les comenté mi problema. Contestaron cuando les vino bien. Bueno, a todo esto, conseguí desplazarme hasta una de sus tiendas el mismo día de su cumpleaños dejándolo al pobre en un bar cercano. Retomo con el contacto por Twitter. Lo primero fue mandarme un mensaje diciéndome que el día de la Familia hacen un 20% de descuento y que no hay muestras … nunca le dije nada de descuento y de familias …, así que les vuelvo a contar todo el lío, me salen con otra tontería, y ya por fin hoy se lucen. Me dicen que ellos no mandan muestras por correo, que vaya a una de sus tiendas y pida alguna allí. Así que lo de “gran tamaño” lo olvidamos ¿no?. Obviamente les contesté que no voy a ir a una tiendecita a pedir muestras, que me den 2 y encima hacerle un post diciendo que son muy buenos sus productos (que lo son), y que su servicio al cliente es una pasada. ¡Vamos hombre!, lo primero es que estaba comprando, y sus productos no son nada baratos, y lo segundo es que si para que hable de ti me das 2 sobrecitos, 1 de cada producto, con cuidado que si me dan 3 igual entramos en el tema en contrabando o tráfico de sustancias peligrosamente embellecedoras … qui lo sá …

En definitiva, o es que los pobres no venden un colín y no salen de la crisis o es que son más agarraos que un chotis, no lo sé, solo sé que no les hago publi gratis a la gente que no es capaz de mandarte unos sobrecitos de muestras que les cuestan unos céntimos. Que le voy a hacer, salí así de cabezota desde pequeña y no pienso cambiar ahora. ¿No te parece?

Hasta el siguiente ...

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