Siempre he sentido una animadversión especial hacia las cosas impuestas. Soy una rebelde de grandes, pequeñas y medianas causas, desde la pintada con jabón en la puerta del baño de casa de mis padres que rezaba así: "no me gusta que me regañes", que casi estaba a la altura del ombligo de mi padre porque yo era un tapón de pocos años hasta ahora, he tenido siempre cosas claras, aunque también el ánimo de dialogarlo y ver si la razón no es mía.

Desde hace un tiempo, afortunadamente no mucho, a algún genio, igual le salió la palabrita por accidente al ojear un diccionario, se le coloca el término "icónico" a todo lo que ha pasado de ser una novedad, un éxito de mercado, o lo que sea que atraiga a una masa que adore ese producto, y se le coloca el "icónico" delante. Pongo ejemplos, son "icónicos" el Chanel Nº5, Miss Dior, la minifalda, el Volkswagen escarabajo ... y sigue metiendo en el saco todo lo que tiene unos años y sigue teniendo seguidores.