Si el cargo de conciencia te embarga por lo mal que lo has hecho con tu pobre madre, las comidas que te perdiste sólo porque te olvidaste de ir, esa vez que se te olvidó su santo y el cumpleaños que olvidaste también, cuando le soltaste toda la ropa para lavar y te fuiste sin felicitarla, cuando te olvidaste de recogerla en el supermercado, cuando la pobre iba cargada con toda la compra de la semana y caía agua a mares, y errores garrafales de gran calibre ... (tu sabrás cuales ...), que han hecho que tu madre te mire ... digamos que con aire sospechoso, ya sabes, igual que que mira al vendedor puerta a puerta, o ese con el que mira al Yorkshire escandaloso y de malas pulgas que tiene la vecina de al lado y que tiene locos a todos ... me temo que sólo te queda una solución: