Ha llovido desde el último post, aunque siempre habrá alguien que diga que no ha sido suficiente, pero te juro que este año he visto un sapo con botas de agua …
Si sigues este blog, aparte de saber que no se te va a acumular la lectura, ya sabes las cosas que me suelen pasar, soy la "pupas", así que corramos un “estúpido” velo y vamos al tajo que luego me voy por los cerros de Úbeda y tal y por allí tiene que hacer bastante calor ahora.
Quien no ha ido plácidamente en verano, y hasta en invierno, que narices, en ese metro bien atestado, hasta la bola de gente y alguien se levanta de su asiento, trastabilla hasta la puerta del vagón, se para, levanta el brazo para agarrarse a la barra del techo y de repente se hace el silencio, el amarillo chillón se convierte en el color predominante en el vagón, los ojos abiertos como platos …. El color va cambiando del amarillo chillón al púrpura más intenso, mientras la gente del vagón, en un vano intento de sobrevivir, aguanta la respiración y reza porque la siguiente estación no tarde en llegar y el individuo en cuestión se lleve la axila asesina del vagón …. Coñas aparte, soy andaluza y exagero por deporte….. y porque puedo, jejeje.
Hay un montón de personas en el mundo sin acceso a agua, no vamos a entrar en si es potable o no, si sale o no de un grifo o hay que ir a buscarla a la Gran Chimbamba y te la llevas a lomos con su bonito tono marrón y su ecosistema propio. Tenemos acceso a una multitud de productos y facilidades para evitar ser “ofensivos“ olfativamente a los demás. Jabones, desodorantes, toallitas refrescantes …, vamos que yo pensaba a pies juntillas que olía mal el cochino/a con pocas o ninguna gana de lavarse. Pero no es así, eso lo comprobé hace mucho, y me sentí fatal cuando me di cuenta de que era todo un problema para la persona (no cochina) que lo padecía.
Hace ya unos años, conocí a una chica y pillamos buen rollo, así que solíamos salir y buscar algún sitio para tomar algo y bailar. Llegábamos a un sitio, bailábamos unos minutos, y al poco rato se empezaba a hacer un sospechoso “círculo de seguridad” alrededor nuestra y empezaba a llegar ese olor brutal. Yo pensaba que llevaba todo el día trabajando, que no se había podido duchar y tal, que no se había puesto desodorante, que no era el correcto para ella … mil cosas.
Pasaba el tiempo y yo no era capaz de decirle nada al respecto, me parece de una gran falta de tacto y no sé como plantear algo así. Pero lo que me descuadró del todo con esta chica era el ir a recogerla, pescarla en la ducha, olerla bien y al rato … zas!!! Volvía ese olor espantoso, ahí me di cuenta de que, a pesar de mis bromas para aligerar el tema, es un soberano problema. Ni lavándose, ni desodorantes, ni perfumes, sólo ese olor. Hay gente que lo pasa fatal, cada gota de sudor es como ácido, y no llevan ningún cartel explicando que se asean pero tienen un desagradable problema médico.
El año pasado conocí una línea de anti transpirantes, Perspirex. Yo hice lo de siempre, probar hasta llevar el producto al límite de lo que puede dar y luego, pues te lo cuento. Este año he probado muchas cosas, de la mayoría no voy a hablar porque no me parecen que sean de una mínima transcendencia, así que antes de criticar algo por criticarlo, mejor me lo callo.
Bueno, vamos con Perspirex y mis pruebas. Yo seguí mi rutina de aseo normal, salvo que no usé desodorante durante 10 días, me duchaba, me ponía mis body milks y perfumes y mis alerones no “canturrearon” en ningún momento, es más, empecé a usar desodorante de nuevo porque el que uso retrasa el crecimiento del vello, no porque necesitara ayuda para controlar el olor corporal.
Guardé una parte del producto para el verano, que es realmente cuando se le va a sacar todo el jugo, salvo tema médico, a este producto fabuloso. Los resultados se repitieron, tiene una efectividad alucinante, te hace sentir segura/o y es muy ecológico, tanto por su presentación en roll on como por su disminución en la emisión de olores altamente nocivos.
Reconozco que el producto me ha encantado y sobre todo, que para todas esas personas que tienen problemas de olor corporal les ha tocado la lotería. Pueden ser “normales”, desterrar el terror a levantar el alerón y que la gente te mire asqueado y se aparten de tu lado.
Pruébalo en cuanto puedas, sale económico por su poco uso, relajante por su efectividad y sobre todo, porque al usarlo, sabes que te limitas a disfrutar y no a estar pendiente de cercos y olores. El verano no está para andar rayándose por un desodorante, o en el caso de Perspirex, por no tener que usarlo … aunque si te apetece ponerte el que hace juego con tu perfume es tu elección.
Hasta el siguiente …
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